La nueva joya de los clavados María José Sánchez, al frente de un nuevo grupo de clavadistas dirigida por la entrenadora de origen chino Ma Jin,  amaneció con sus regalos del  Día de los Reyes Magos y  además recibió otros obsequios de sus compañeros Rommel Pacheco y Carolina Mendoza, quienes compartieron los momentos de mayor felicidad que tienen los niños en su vida.

María José, medallista del pasado Campeonato Panamericano de Clavados celebrado en Canadá, no pude dormir a la espera de la llegada de los Reyes Magos, desde que tiene uso de razón, el seis de enero es un día inolvidable.

En su carta saludó a Melchor, Gaspar y Baltazar y se dirigió a ellos de la siguiente forma: “Solo les quiero pedir una cámara instantánea por favor y que me deseen mucha suerte en el selectivo para asistir al Grand Prix”. La cámara la quiere para usarla cuando viaje y tener las fotos de recuerdo pegadas en su casa o en Villas Tlalpan de la CONADE, donde la clavadista vive concentrada.

“Una vez si me quede despierta toda la noche, no podía dormir, pero si me encerré en mi cuarto porque me dijeron que si los veía ya no me traerían nada”, recordó María José, una anécdota que no ha olvidado. Conserva con mucho cariño a un rinoceronte que tiene por nombre Pedro y una bicicleta.

Grupo de clavadistas dirigida por la entrenadora de origen chino Ma Jin//Foto: Martín Montiel

“Me sigue sirviendo muy bien y me agradó mucho, porque se las había pedido y mis papás me dijeron que no me la iban a traer, ya que había pedido varias cosas.  Pero, sí llegó a mí casa, entonces fue una emoción muy bonita”, relató Mary Jo a las nuevas exponentes del equipo de Ma Jin, tras hacer énfasis que es muy importante, “no solo recibir sino también saber dar”. Los nuevos rostros de los clavados tienen nueve años, son las gemelas Megan Ivanna y Erin Vannia Niebla, Johanna Romero, Andrea Jacqueline Celiz, así como Daniela Gómez Madrid, de 11 años.

“Este año solo pedí una cosa, porque voy a donar los peluches que ya no uso para los niños que lo necesiten”, empero tiene dos peluches que son muy importantes es su vida, Pedro porque se lo dieron los Reyes Magos desde muy chiquita y Lula, una osezna que la acompaña desde su primera Olimpiada Nacional.

“A todos lados me acompaña, es como mi amuleto de la suerte, a lo mejor muchos piensan que es infantil, pero me da seguridad traerla conmigo, siento que me cuida. A parte me da miedo dormir sola, entonces con ella me siento más segura”, dijo María José, con siete años de preparación en los clavados y lista para enfrentar por primera vez a rivales de primera fuerza, en la plataforma de 10 metros, el próximo 18 de enero, durante el selectivo para la gira a Europa, en la Alberca Olímpica.

Junto con su familia, Mary José anoche repartió juguetes, cobijas y comida a los niños de la calle, la segunda vez que lo hace: “siento bonito, porque le estoy dando alegría a ese niño o niña y ver una sonrisa en la cara, cuando no tiene dónde vivir o a veces qué comer me llena de alegría”.