EL INFORTUNIO DE LA DERROTA

POR EDUARDO BRIZIO

A mediados del año pasado, las Chivas Rayadas del Guadalajara derrotaron en la final del Clausura 2017 a los Tigres. Todavía se recuerda la actitud antideportiva de algunos futbolistas dirigidos por el “Tuca” Ferretti durante la ceremonia de premiación.

Especialmente me estoy refiriendo a Edu Vargas y a André Pierre Gignac. El chileno se negó en un par de ocasiones a que Enrique Bonilla, presidente de la Liga MX, le colocara en el cuello la medalla que lo acreditaba como subcampeón del balompié mexicano, para finalmente recibirla y quitársela de inmediato. Mientras que el francés en una primera instancia se retiró al vestuario, para luego, de mala gana, ir a recibir la presea de plata, de la cual también se despojó al instante.

Por supuesto que las críticas no se hicieron esperar tachando a los felinos del norte como malos perdedores.

Casi me voy de espaldas cuando al siguiente torneo, es decir, para el Apertura 2017, la propia Liga tomó la decisión de ya no premiar al segundo lugar, en ninguna de las competencias organizadas por ellos, “para evitar actitudes antideportivas, como la mostrada por los Tigres”, ¡hágame usted el favor! Hay que adaptarse para solapar lo que no se debe hacer.

Al disputar una final se conocen de antemano las reglas y se aceptan. Se sabe que habrá un ganador y un perdedor; así como que existen algunos factores que pueden influir en el resultado: decisiones de los jueces, el clima, la suerte, los aciertos, los errores.

En cualquier competencia se trata de contrastar habilidades, a sabiendas de que puedes resultar vencido, lo que hay que aceptar sin enfado ni resentimiento, porque “el que sabe jugar… sabe ganar… y sabe perder”.

Y no es que por saber perder no seas competitivo, simplemente se trata de hacer el mejor de tus esfuerzos para ganar y de reconocer la superioridad de tu rival, en el caso de salir con un revés. Ya lo dijo Jorge Luis Borges: la dignidad que encierra la derrota no la posee la victoria.

De modo que me parece un desacierto de la Liga el haberse ido por la fácil. Si bien es cierto que en el Superbowl y en la Serie Mundial no se premia al segundo lugar; en nuestro querido deporte es una práctica que se realiza a nivel mundial.

No me imagino a un piloto de Fórmula Uno negándose a recibir el trofeo de segundo o a un atleta de alto rendimiento en los Juegos Olímpicos haciendo lo propio en el pódium al recibir la presea de bronce.

En la vida, como en el deporte, se gana y se pierde y la Liga MX debería ser un modelo para la juventud y niñez mexicana, siendo un ejemplo en ese sentido, coadyuvando en la formación de nuestros futuros ciudadanos, enseñándoles que… el infortunio de la derrota es el crisol en donde se forjan los campeones.