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14, agosto 2017 - 21:50

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Pitos, silencio y bronca. Así cerró José Antonio Morante Camacho, “Morante de la Puebla”, su última presencia en los ruedos. El matador español, uno de los más importantes del escalafón y conocido por su concepción artística del toreo, se ha retirado por tercera vez, quién sabe si la última, en su carrera.

Lejos de despedirse por la puerta grande, en la corrida celebrada anoche en El Puerto de Santa María (Cádiz, sur de España), ese coso del que Joselito “El Gallo” dijo en 1916 que quien no lo conocía “no sabe lo que es un día de toros”, el de La Puebla del Río (Sevilla) “pasó la tarde como una triste sombra”, según la crónica de Efe.

En un mano a mano con Julián López “El Juli” con astados de Núñez del Cuvillo y de Santiago Domecq, el madrileño (1982) brilló de manera apoteósica con premios en sus tres (dos orejas, oreja y dos orejas y rabo) frente a la pésima actuación del sevillano (1978).

Quizá fue la gota que colmó el vaso. El día anterior, en San Sebastián (norte), también había recogido silencio y pitos en el coso de Illumbe. O quizá ya lo tenía más que meditado.

Al finalizar la corrida en Cádiz, Morante anunció que se retiraba por “aburrimiento” ante un sistema “que va en contra del toreo de arte”, quejándose, según fuentes allegadas al torero, del animal que se lidia en la actualidad “tan grande” que “va en contra del espectáculo”.

Este argumento ya lo esgrimió en 2013, durante una entrevista concedida a Efe en Zaragoza (noreste de España), para defender su manejo en el ruedo, ese que le bautizó con apelativos como “artista genial” o “torero de toreros”: “Sin el arte, el toro degeneraría en un circo”.

“Ahora se tiene muy en cuenta la opinión de un tipo de público que impone un toro mastodóntico que no nos lleva a ninguna parte. Aunque hay excepciones y milagros de la genética, ese toro es una tapia contra la que uno se choca. Yo lo vivo y lo sufro un día tras otro, y veo cómo el público se aburre”, decía en aquel momento.

Ahora, cuatro años después y sin saber “si algún día volverá o no a los ruedos”, como este domingo comentaban sus allegados, Morante de la Puebla se va como el octavo en el escalafón de 2017, con 12 orejas cortadas en 23 festejos (7 de primera categoría y 11 de segunda), según el portal especializado Mundotoro.

El torero sevillano ya se retiró en dos ocasiones previas: una fue en 2004, cuando decidió marcharse a Miami (Estados Unidos) a tratarse una depresión, y una vez reaparecido, también cortó de golpe en 2007, esta vez porque había perdido la ilusión.

Ahora lo llama “aburrimiento”.

El matador, uno de los habituales de la Feria de Sevilla y que este año regresó a la de San Isidro tras su guerra particular por alisar el peralte del ruedo de Las Ventas, estaba incluido en fechas próximas del calendario taurino, que deberán sumar su ausencia a la baja del recientemente operado José María Manzanares.

Su adiós ha sido una auténtica sorpresa para la familia taurina, sobre todo por su manera de entender y ejecutar el “arte de Cúchares”, porque siempre defendió que “el toreo que queda en la memoria, el que deja huella en el alma del espectador aún puede seguir teniendo vigencia en este mundo comercializado”. Y él se consideraba “la prueba” de ello.

 

APUNTE

El torero sevillano ya se retiró en dos ocasiones previas: una fue en 2004, cuando decidió marcharse a Miami (Estados Unidos) a tratarse una depresión, y una vez reaparecido, también cortó de golpe en 2007, esta vez porque había perdido la ilusión.

Ahora lo llama “aburrimiento”.

 

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