Con tan solo 24 minutos en el campo, Cristiano Ronaldo fue el principal protagonista de la victoria del Madrid, 1-3 sobre el Barcelona, en la ida de la Supercopa Española, al marcar un gran gol para minutos después irse expulsado tras recibir la segunda amarilla. El árbitro consideró que el atacante portugués quiso engañarlo al pedir un penal. El colegiado no dudó en mostrarle el segundo cartón, el primero, lo había sacado cuando Cristiano se quitó la playera para celebrar el tanto al “estilo Messi”. 

Completamente desquiciado por la decisión del silbante, Ronaldo no dudó en darle un ligero empujón que, si se toman en cuenta los antecedentes, podría salirle muy caro de cara al arranque de la Liga.

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La última referencia de un caso similar nos remonta a la Supercopa del 2014, cuando el “Cholo” Simeone dio dos ligeros “sapes” al cuarto árbitro. En aquella ocasión, el técnico argentino fue sancionado con 8 partidos. Dos por la expulsión, cuatro por la agresión al cuerpo arbitral, la cual fue considerada como grave, uno por los aplausos irónicos al abandonar el campo y uno más por permanecer en las gradas el tiempo restante.

La cuestión radicará en la manera en la que el silbante redacte el acta final. Será fundamental saber si el empujón de Ronaldo se considera como una agresión. De ser así al portugués le podrían caer cuatro partidos de sanción, más uno más por la expulsión. Loa cuatro encuentros los deberá de cumplir en la Liga, ya que se consideraría como una agresión grave.