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5, mayo 2017 - 19:29

┃ EFE

ROCA-OREJA

El diestro peruano Andrés Roca Rey estuvo a punto de salir por la codiciada Puerta del Príncipe de la Maestranza de Sevilla, tras cortarle las dos orejas a un toro de Cortés, en un alarde de poder y firmeza y perder después, al fallar con la espada ante el sexto, de Victoriano del Río, el tercer trofeo necesario para tal privilegio. El francés Sebastián Castella dio vuelta al ruedo en el cuarto, luego de haber pinchado una gran faena. José María Manzanares no contó con toros propicios para realizar su toreo. Durante el duodécimo festejo de abono hubo lleno de “no hay boletos” (unas 11,000 personas), en tarde viento racheado y con lluvia en la lidia del último astado.

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Había pasado ya una tediosa hora y cuarto de corrida, entre pausas y paseos de los toreros ante un animal venido rápidamente abajo y otro que huyó a las tablas, cuando salió al ruedo un voluminoso y serio sobrero con el que la tarde, y la feria, dio un vuelco espectacular. Y no porque el de Toros de Cortés pusiera demasiado de su parte sino porque con ese hizo el peruano Roca Rey un alarde de firmeza, ambición y determinación que le llevó a cortarle dos orejas con una clamorosa rotundidad.

PANORAMA AMENAZADOR

En realidad, el sobrero apenas fue castigado en varas, a petición del matador, por lo que en banderillas el sentido y el mal estilo que desarrolló en banderillas, conservando casi toda su fuerza, planteaba ya un amenazante panorama para el último tercio.

Roca Rey, sin encogerse, le abrió faena por estatuarios, aguantando su brusquedad, hasta que al ponerle delante la muleta para torearle con la derecha, el astado le volvió la cara y, asombrosamente, tomó al galope el camino hacia toriles. En ese terreno, sí que acometió al joven peruano, quien, firmísimo y aplomado, lo sujetó y lo sometió en su muleta, con la mano baja y un poder absoluto ante una embestida emotiva por fuerte y temperamental.

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Con las dos manos, a pesar de las molestias del viento, le ligó los pases Roca Rey, quien incluso, dominador de la situación, se permitió adornarse con circulares, cambios por la espalda y, sobre todo, larguísimos pases de pecho que, como el toreo fundamental, provocaron los olés más roncos de cuánto va de feria de abril. Así que con la plaza en ebullición, entregada a su entrega, llegó la unánime petición de las dos orejas para premiar los méritos del peruano una vez que el torancón cayó de la estocada.

Todo hacía prever que el novel matador andino, de tan pletórico, cortaría también la oreja del sexto, necesaria para cubrir el cupo de tres que avalan la salida por la Puerta del Príncipe, pero ni el toro, ni el ambiente ni el final de la faena fueron los mismos. Manso y de áspero recorrido el animal, con mucha gente abandonado los tendidos a causa de un repentino chaparrón y con reiterados fallos con los aceros, Roca Rey se quedó a pocos metros del umbral tras esforzarse en sacar algo lucido de ese toro.

SUS ALTERNANTES

La otra nota destacada de la tarde fue faena que le hizo Sebastián Castella a un gran ejemplar que tuvo una larga y perfecta apertura. Este fue premiado con vuelta al ruedo. El torero galo inició con ayudados por alto, trincherillas y pases de la firma, en la que se vio ya la notable condición del astado del hierro madrileño y que hacían prever una gran obra. Y así aconteció pero el torero falló con el acero por lo que sólo recorrió el albero.

Y si Manzanares no pudo lograr faena con el rajado segundo, ante el desabrido y cada vez más orientado quinto hizo un esfuerzo añadido de solvencia para intentar no quedarse atrás en la tarde en que un joven peruano relanzó la feria de abril.

DECLARACIONES

Tras pasear las dos orejas del tercero, Roca Rey dio a conocer sus impresiones a través del canal Toros: “Es un sueño cumplido, pero queda el más grande… Esa Puerta del Príncipe. Estoy muy contento por la faena, porque veía casi imposible cortarle las dos orejas a un toro en Sevilla, y, a pesar de que hacía bastante aire, por momentos, he toreado como yo quiero”, estableció el diestro peruano.