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13, febrero 2017 - 12:02

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Nota-Espectaculos-Cine-Mexicano

Por Alexis Grivas / Enviado especial

Empezando por los venerados veteranos y sus aportes que sentaron las bases para las nuevas generaciones  y para el prestigio internacional que goza el cine mexicano la presentación aquí de Canoa, la película referencia de Felipe Cazals realizada en 1975, fue uno de los eventos  mayores de este fin de semana en la Berlinale dentro de las actividades del homenaje a México (Mexico in Focus).

El filme restaurado y digitalizado gracias en gran parte al empeño de Alfonso Cuarón quien llevó adelante este proyecto con la célebre empresa norteamericana Criterion y la participación de Imcine fue reestrenado el sábado por la noche dentro de la sección de la películas clásicas procedentes de todo el mundo (Berlinal Classics) 41 años después de haber ganado aquí mismo en 1976 el premio especial del jurado (Oso de Plata).

Canoa se presentó en la sección Berlinale Classics nada menos que en la selecta compañía de películas como Annie Hall de Woody Allen (1977), The Night of the Living Dead de Georges Romero (1968), Maurice de James Ivory (1987) y Terminator 2 de James Cameron.

La participación de Canoa en ésta prestigiosa sección, siendo el filme una obra políticamente denunciadora y ariesgada en su tiempo mientras que su contenido se antoja  actual, aun hoy día demuestra de nuevo el carácter “politizado” de este certamen abierto a causas sociales.

Sería interesante anotar que la sensibilidad de los dirigentes de este certamen con Dieter Kosslick a la cabeza hacia la causas políticas y sociales se afirma de nuevo en esta ocasión en  que Angela Merkel va de capa caída en las encuestas previas a las elecciones de Septiembre próximas a raíz de la críticas que recibe por su política de puertas abiertas respecto al otorgamiento de asilo político a los refugiados.

Estuvieron presentes en la proyección el realizador Felipe Cazals, el director de Imcine Jorge Sanchez  el el presidente de Criterion quienes junto con el emocionado Cazals introdujeron el filme.  Asistieron además algunos  miembros de la delegación mexicana aquí presente para las actividades del homenaje al cine mexicano llevado a cabo por la Berlinale dentro del año cultural Alemania-Mexico 2016.

Canoa  disfrutará de una segunda proyección el sábado próximo, último día del certamen.

Por su parte….

La Libertad del diablo, el documental de largo metraje de Everardo González, estrenado el domingo, ha sido seleccionado en el programa oficial Berlinale Special. En él, González bien conocido y apreciado por sus documentales anteriores como lo han sido Ladrones viejos y Los cuates de Australia entre otros, da la palabra a las víctimas y por primera vez también a unos victimarios de la ola de violencia que atormenta desde años ya el país a raíz de secuestros, asesinatos, extorsiones.

La estructura del documental está compuesta de testimonios a través de los cuales se perfila el panorama de la violencia y como aquella afecta los individuos tanto físicamente como mentalmente  a la vez  que los  testimonios se alternan  de manera muy creativa con escenas de paisajes urbanos y rurales que contrastan con los hechos de violencia relatados.

Vale la pena anotar aquí que la idea de González a que todos los entrevistados portaran mascara fue un elemento que aparte de la protección de la identidad de los entrevistados aportó más peso a lo expresado por ellos recordando a y hasta inspirado en su caso de las tragedia antiguas griega donde los actores portaban justamente mascaras.

El documental causó gran impacto tal y como se pudo verificar durante la plática de director y de sus productores Inna Payan y Roberto Garza con el numeroso público al término de su estreno

La libertad del diablo que se presentará en dos ocasiones más a lo largo del certamen ha sido igualmente seleccionado junto a otros 15 documentales de largometraje que en su  estreno mundial están incluidos en todas las secciones de certamen, para competir por el premio al mejor documental. Se trata de un galardón que se introduce por primera vez  desde este año en el festival y que está dotado de 50.000 euros otorgados por uno de los principales patrocinadores del certamen, la prestigiosa compañía alemana de relojeria de lujo Glashutte Original.

El jurado está compuesto por la célebre documentalista, periodista y activista norteamericana Laura Poitras ganadora de un Oscar en 2015 por Citizenfour sobre Edward Snowden, el documentalista y productor iraquí Samir y Daniela Michel del festival de Morelia.

Chile presente…

Al cuadro mexicano se juntó el fin de semana el estreno mundial en competición del cortometraje Ensueño en la pradera de Esteban Arrangoiz Julien a la vez que la presencia latinoamericana en la Berlinale incluyó el domingo otro estreno mundial, aquel del largometraje chileno de ficción “Una mujer fantástica” presentado en competición y dirigido por Sebastian Lelio.

Representante del desde unos años ya pujante cine del país sureño, compañero de camino de Pablo Larrain (No, El clan, Neruda, Jacquie) quien  junto con su hermano Juan de Dios Lararin se encuentran entre los productores de la película, Lelio regresa a la Berlinale donde causo una gran impresión en 2013 con su filme  Gloria que valió a su protagonista Paulona García un Oso de Plata para la mejor actuación femenina.

Larrain regresa de nuevo con una temática femenina protagonizada por Daniela Vega en el papel de una joven mujer transexual quien forma una pareja feliz  con su amante, un hombre de negocios de veinte años mayor que ella y quien dejo su familia al enamorarse de ella. A la muerta repentina de él, la joven mujer tendrá que enfrentarse no solamente a la embestida de la familia del difunto, pero igual a los prejuicios y la condena social por su condición de mujer transgénero.

Aunque la película no se encuentra a mi manera de ver a la altura de Gloria quizás por la “distancia” con la que el director y coguionista observa y traza el retrato de la joven mujer, contrastando con su  adhesión con el personaje de Gloria, el film no deja de adoptar una posición crítica respecto a un tema tan controvertido como lo es la intolerancia hacia el próximo y el tejido conservador de la sociedad.

Tratándose…

Tratándose de controversia bien puede que otro de los largometrajes de ficción estrenados en competición el fin de semana se vuelve el film más controvertido de la Berlinale de este año que generara tomas de posición encontradas y diametralmente opuestas.

Se trata de Huellas el film con el que la bien conocida, dinámica y seguramente talentosa cineasta polaca Agnieszca Holland regresa a dirigir en Polonia después de una exitosa y multipremiada carrera en cine (Darkness, Europa Europa) y TV (Game of Thrones, The Wire) en los EU.

Huellas, sobre un guión coescrito por ella  se presenta como un thriller de pretensiones ecológicas, bordando la utopía y dotado de una buenas dosis de humor negro, algunos aspectos del cual parecen especialmente afines al entender polaco.

Se trata de la historia de una mujer de edad mediana, ecologista empedernida y defensora de los animales,  antigua ingeniera y astróloga por afición quien dispone de algunos dotes de prever el futuro y que se prende contra los cazadores en la remota aldea montañosa donde vive en perfecto equilibrio con la naturaleza. Al ver que las corruptas  autoridades locales no le hacen caso decide, en un giro que sorprende al espectador tomar la justicia en manos propias. Lo que resulta riesgoso  y proprio a generar controversia no es la temática pero más bien la línea narrativa de la Holland donde las reglas tradicionales y bien definidas del thriller se mezclan de manera discutible con aquellas propias y mas etéreas del fantástico, el sobrenatural y lo utópico.

Entre el resto de las varias ofertas del fin de semana en el programa oficial dentro y fuera de competencia anotaremos brevemente  Retrato final, la biografía libre del célebre escultor y pintor suizo Alberto Giacometti centrada en su empeño de buscar el resultado ideal en sus obras sin nunca lograr a darse satisfecho. Dirigido por el realizador norteamericano Stanley Tucci y presentado fuera de competencia el filme cuenta con al gran actor australiano Geoffrey Rush, de los pocos ganadores a la vez de los premios Oscar, Emmy y Tony, en el papel de Giacommeti. Rush fue homenajeado por la Berlinale con la entrega de la prestigiosa Berlinale Camera a su carrera justo antes del estreno de Retrato final en la función de gala de sábado en el Berlinale Palast.

Igual mencionaremos , esta vez en competición, Felicite, la desigual aportación del realizador de origen senegalés y de Guinea Bissau nacido en Paris Alain Gomis. Se trata del retrato de una cantante africana de clase popular en la capital de Congo Kinshasa y de sus intentos de encontrar el dinero necesario para la operación de su hijo herido en un accidente. Entre los relativos logros de la película, la actuación de Vero Tshanda Beya en el papel de la cantante y el panorama del entorno social afectado por la corrupción, la pobreza y al precariedad de la existencia.

En cuanto a la película austriaca en competencia, Wilde Maus, una combinación de drama con tintes de comedia social, dirigido por el conocido multitalentoso hombre del espectáculo local Josef Hader  quien también lleva el papel principal de un respetado critico de música quien al ser despedido de su diario por recortes de personal trata vengarse de su editor, diría yo que después de un inicio prometedor, el ritmo se estanca y los chistes y las referencias se antojan muy locales para ser plenamente entendidos por un público internacional. Un  tema tanto interesante como actual como la crisis en los medios y el desempleo en general  pero que se ha tratado de manera mucho más eficiente en otras películas, siendo una de ellas El hacha (Le couperet)  de Costa Gavras.

 

 

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