Después de 15 años, México por fin pudo romper la maldición de Columbus. No fue fácil, el Tricolor tuvo que superar cuatro dolorosas derrotas antes de llevarse un triunfo de oro. Todas ellas por el mismo marcador maldito, ese 2-0 que tanto atormentó a la Selección en sus caminos Mundialistas.

Pues bien, con un saldo de ocho goles en contra y ninguno a favor, México se metió al frío de Columbus para sacar una victoria que sin duda lo llenará de confianza para lo que viene. El encuentro, desde luego, no fue sencillo. El Tricolor tomó la ventaja con un gran primer tiempo, sin embargo, para el complemento, Estados Unidos adelantó filas y vaya que metió en problemas al equipo de Osorio.

Con el empate en el marcador, tuvo que ser Rafael Márquez quien, con un cabezazo de esos que lo caracteriza, rompiera la igualada para darle a México su primer triunfo en aquel terreno que tantas desgracias nos deparó durante una buena cantidad de años.

El triunfo, totalmente justo si se toma en cuenta el trámite del partido, se construyó con base en situaciones muy claras. Es por eso que aquí te decimos los cuatro puntos principales por los que México sacó el histórico resultado del Mapfre Stadium.

1- PLANTEAMIENTO INICIAL DE OSORIO

Más allá de todos los cuestionamientos que se le han hecho al técnico durante su paso por el Tricolor, es de reconocer la preparación que tiene previo a los partidos. Consciente de lo que se jugaba y del nivel de sus futbolistas, el colombiano mandó a la cancha una alineación atrevida que sorprendió a propios y extraños. Entre los más sorprendidos, sin duda que estaba el técnico Jurgen Klinsmann, Osorio le dio un verdadero baile táctico al colocar una delantera con todas las figuras. Chicharito, Vela, Giovani y Corona poblaron el ataque del Tricolor, mientras que el medio campo supo apoderarse del balón para dar una primera parte para el recuerdo. México dio un gran primer tiempo y gracias eso logró ponerse arriba en el marcador, incluso, estuvo cerca de ampliar la ventaja, pero los palos, en dos ocasiones, le negaron la gloria. Ante las lesión de Guardado y la amarilla de Diego Reyes, la cual, en algún lapso del encuentro supuso un serio riesgo de expulsión, Osorio movió sus piezas, adelantó a Rafa Márquez y sobre el final, dio entrada a Hirving Lozano, un cambio que dinamitó el ataque y generó al menos dos llegadas de peligro.

2- PERSONALIDAD

En muchas ocasiones se ha criticado la falta de personalidad del Tricolor en duelos importantes. La sombra del 7-0 propinado por Chile el verano pasado aún pesa en el equipo, por lo que es de admirarse la manera en la que se levantaron para salir con tal fortaleza en el arranque del Hexagonal. Todos los jugadores mostraron el temple necesario para salir adelante en este tipo de partidos. Desde la defensa hasta el ataque, los mexicanos no se arrugaron al momento de pelear por el esférico, y en todo momento buscaron competir ante el odiado rival. Una muestra de que cuando se quiere se puede.

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3- EXPERIENCIA

Más allá de las rotaciones que ha hecho el técnico Juan Carlos Osorio, y de las múltiples pruebas que ha realizado con la Selección al llamar a una buena cantidad de jugadores, este viernes, en Columbus, el Tricolor salió con un equipo con jugadores plagados de experiencia. Prácticamente todos, o al menos la mayoría, saben bien lo que representa enfrentar partidos de esta magnitud. Guiados por Rafa Márquez, los mexicanos han madurado, y ahora futbolistas como Moreno, Layún, Guardado, Herrera, Giovani, Vela, Hernández, incluso Reyes y Corona, mostraron su capacidad de reacción ante situaciones complicadas. Caso contrario a Estados Unidos, quien salió con un cuadro poco experimentado, y sí, con hombres de gran calidad, sin embargo, el cambio generacional le ha tocado a Klinsmann en un momento delicado. En Estados Unidos parecen extrañar a los Donovan y a los Dempsey.

4- DOSIS DE FORTUNA

En todos los triunfos importantes existe una dosis de suerte que siempre acompaña al equipo ganador. Más allá de los aspectos meramente futbolísticos con los cuales el Tricolor inclinó la balanza a su favor, hubo otros que le permitieron sacar el valioso triunfo. Por un momento, la fortuna parecía no estar de lado de los aztecas. En el primer tiempo, México estrelló dos balones en el palo y perdió a Guardado, uno de sus pilares por lesión. La suerte de los de Osorio radica en que precisamente eso no le terminó por afectar. Si uno revisa las actuaciones anteriores de México en Columbus, todas cuentan con esa dosis de mala fortuna en la que siempre se llega y no se concreta, para al final caer por errores propios. Esta vez los errores no fueron capitalizados por los norteamericanos. Talavera se mostró algo inseguro en el juego por arriba, y aún así, siempre hubo una pierna que reventara el balón para apagar el peligro. México ganó en el Mapfre Stadium como tantas veces lo perdió, a pelota parada, con un cabezazo dramático cuando el reloj ya marcaba el final. La suerte y el futbol estuvieron de nuestro lado.