POR GUILLERMO MARTÍNEZ G.

Su sonrisa y el buen humor que se carga, lo hacen ser un hombre sencillo.

Pero más, porque Rommel Pacheco disfruta cada día de su vida con la gente, con quienes lo rodean y otros que lo admiran.

Es un líder en los clavados, ya que los nuevos talentos se inspiraron en él para estar en esta disciplina. Y aunque algunos ahora lo nieguen, el yucateco tiene una trayectoria que así lo avala.

“Va de generación en generación, comencé admirando a los que en ese momento estaban como Fernando Platas, y después me siguieron quienes ahora están. Pero eso sólo lo da el deporte, el tener un camino seguro en lo que haces, aunque a veces no salen las cosas reconocen la honestidad con que te enfrentas en las competencias”.

Después de haber estado en sus terceros Juegos Olímpicos, Pacheco manifestó que tiene cuerda para otro ciclo más. Por lo que sigue con su preparación al lado de la entrenadora Ma Jin.

“Mientras tenga el nivel, las ganas, disfrutar lo que me gusta, creo que seguiré en esto. Conforme vaya transcurriendo el tiempo iré analizando hasta donde puedo llegar, pero físicamente estoy bien y así como ahorita, hace cuatro comencé un ciclo. Así que soy el mismo que buscará las mismas oportunidades para conseguir lo que busco”.

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Dijo Rommel que se escucha muy lejano cuatro años –Tokio 2020-, pero el tiempo se pasa rápido y ha comenzado en pensar en Juegos Centroamericanos, Panamericanos y Olímpicos.

“Cuando haces los planes son con la finalidad de llegar a la fiesta grande. Claro que no tomo decisiones apresuradas. Ya terminamos un ciclo en el trampolín del cual deseábamos una medalla, no se logró, pero continúo pensando en que la alcanzaré. Solo es cuestión de ir solucionando detallitos que fallaron”.

Por el momento está haciendo físico, pero mencionó que en enero se meterá de lleno a los clavados.

“Ahorita tengo un problema de zica por un mosquito que me picó en mi estado, pero ya pasará. De ahí en fuera no he parado. El deporte sin querer te atrae, así estés de vacaciones, y más en mí que soy una persona que no puede estar quieta ni un segundo”.

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Rommel agregó que extraña lo fuerte de su entrenamiento, porque disfruta el que al otro día amanezca adolorido.

“Es normal cuando eres del alto rendimiento y si no lo sientes así, es que el trabajo no fue el adecuado. Llevo algunos cuidados necesarios, somos los deportistas como un coche de Fórmula Uno, que tiene muchos detalles como el aceite, las llantas, que deben estar al cien para correr bien. Así nosotros, no puedes hacer otros deportes que no coincidan con tu disciplina”.

Pese a las dificultades que ha vivido y que incluso ya fue quien le ganó a sus acérrimos rivales los chinos, Pacheco tiene fuerza para lograr más objetivos.

“Claro que lo único que me falta es la medalla olímpica. Pero la vida es así, hay que afrontarla como llegue porque nada es fácil. Cuando algo te cuesta mucho, es cuando lo disfrutas más. La vida no es para llorar sino para resolver las situaciones que se te enfrenten”.