3, noviembre 2016 - 10:22
Nota-Fut-columbus
El segundo traspié de México en Columbus como parte de las eliminatorias mundialistas llegó el 3 de septiembre del 2005 bajo las riendas de Ricardo La Volpe, el proceso en donde el Tricolor clasificó “caminando” a Alemania 2006.
El camino no fue tan sinuoso fuera del Azteca. Par de victorias y derrotas por un empate fueron los resultados de México durante el Hexagonal, pero lo más doloroso es que se contabilizaba la segunda caída consecutiva en la fría Columbus, algo histórico entre gringos y mexicanos. El “soccer” estadounidense ganaba terreno sobre el balompié nacional.
En aquella ocasión, Ricardo Antonio enfrentaba a Bruce Arena con el mejor de sus planteles, con esa filosofía lavolpista que maravilló en la Copa Confederaciones de 2005 en Alemania. A la cita de Columbus, el Tricolor arribaba con triunfos importantes de visita en San José, Costa Rica y en Ciudad de Guatemala, además de igualar en Ciudad de Panamá, así que durante el Hexagonal no conocía la derrota fuera del Azteca.
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Así que nuevamente con un gélido clima como en el 2001, el Tricolor se enfrentó a un nuevo reto contra el odiado rival de la zona, una edición más del Clásico de la Concacaf. La Volpe puso a Oswaldo Sánchez en la meta. Tres defensores centrales, “Maza” Rodríguez, Duilio Davino y Rafael Márquez, en las laterales Gerardo Galindo y Carlos Salcido. Una defensiva fuerte y con alegre salidas.
Al mediocampo, Sinha era el máximo recuperador, quien era acompañado por los volantes de Torrado y Ramón Morales. En las puntas Borgetti y “Kikín” Fonseca. Sin embargo, no fueron capaces de anidar la pelota en la meta de Kasey Keller.
México puso resistencia durante la primera mitad, dos o tres manifiestas se numeraron, pero al complemento Ralston y Beasley marcaban la diferencia en errores defensivos de “Maza” Rodríguez y Gerardo Galindo. Mario Méndez, Omar Bravo y Alberto Medina ingresaban después del daño, pero la victoria ya estaba en la bolsa de los gringos.
El Tricolor se llevaba una segunda derrota en Columbus y comenzaba a gestarse la leyenda del “Dous a cerou”.