19, septiembre 2016 - 19:00
ambriz
Frustrado por no haber logrado ser el guía del americanismo en el año del Centenario, Ignacio Ambriz admite, en exclusiva para ESTO, que “es difícil poder aceptar que estás fuera de América, cuando tenía muchas ilusiones en este torneo de lograr los objetivos que directiva, cuerpo técnico y jugadores nos habíamos trazado”.
En la intimidad del hogar, aún sin digerir la derrota, el ahora ex director técnico de las Águilas confiesa que “te quedas con ese sabor amargo de no terminar este certamen y a la postre quisieras que a lo mejor fueras más cuestionado al final de un torneo, para ver qué se podía conseguir”.
Golpeado por el tropiezo ante la Fiera, Nacho experimenta un día de múltiples sobresaltos. Aún sin digerir el descalabro y tras experimentar no haber podido revertir el acertijo que le ha puesto Javier Torrente, al mando del León, el entrenador se entera, luego de la práctica matutina en Coapa, que ya no seguirá más en el timón azulcrema.
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Pese a ello y el malestar que vive, Ambriz recibe al Diario de los Deportistas, con el que comparte, a detalle, cómo ha recibido la noticia de su despido.
“Fue hoy (ayer) en la mañana”, descubre. “Normalmente siempre llegamos temprano. Hoy entramos a las 10. Entre 8 y cuarto y 8 y media ya estábamos en el club, junto con todo el cuerpo técnico, preparando lo que iba a ser la semana de esta jornada doble. Y siempre antes de los entrenamientos tenía mucha comunicación con Ricardo”, relata.
“Me mandó llamar. En un principio hablamos muy poquito, de que qué pensaba, de lo que venía, cómo había visto el partido, y como le dije, ‘Ricardo, realmente fuimos un desastre, no jugamos nada bien, no nos salió nada, ni pasando por mí como entrenador, ni mis jugadores’. Algo anormal de lo que le puede pasar a este equipo. Y ‘sí es para alarmarse’, le digo, para estar preocupados, de que el equipo no tuvo reacción, no tuvimos llegadas a gol, salvo en los primeros 15 minutos, en los que el equipo medio intentó, y después del gol no tuvimos nada de reacción”, reseña Nacho.
“Sí, ‘estoy de acuerdo contigo’, me responde. ‘¿Qué has pensado para el partido que viene?’ Le digo, ahorita ni en la cabeza me entra qué puedo pensar para el juego. ‘No, pues salte a entrenar. Yo estoy preocupado, no sé qué pueda venir. Estoy esperando llamadas de la gente de arriba, de los dueños, qué puede venir, qué puede pasar. Está muy difícil la situación’”, confía, en torno a la charla que ha tenido con Peláez.
“Sí, entiendo todo lo que pueda venir, el responsable soy yo”, le responde. “Salimos a entrenar y después nos contó la decisión que se había tomado”, remata. “Por ahí se manejó mucho que había renunciado. No renuncié, porque me siento capaz para revertir la situación, ni tampoco soy un tipo que tan fácilmente me baje de los barcos y diga adiós, ahí lo dejo. Había hablado un día antes con los jugadores después del partido, pero al final en este club mandan los resultados”, asegura resignado.
“Podríamos decir que intento sacar pretextos, pero no soy un tipo de pretextos. Hoy simplemente los resultados en los últimos partidos no se nos dieron y por eso fue la toma de decisión de la directiva de hacerme a un lado”.
-Pero estás en zona de Liguilla…
“Sí, y eso lo entiendo. Por ahí no soy un tipo que guste de hablar mucho de números o de las estadísticas que por ahí se han manejado. Sí entendí que en este club llega un momento en que eso se hace a un lado. Aquí lo importante es ganar cada ocho días, que el equipo guste, dé espectáculo, se sobreponga a las adversidades, como fue contra Cruz Azul, y lo que al final te da palomitas es cuando eres campeón. Por ahí llevaba dos semifinales y una final de la Concachampions, donde tenía yo esa palomita, pero eso no alcanzó para seguir pensando que yo mañana viajaba para preparar el partido contra Necaxa”.
Y reconoce que “hoy simplemente las cosas no estaban saliendo bien, pero siempre con un gran respeto y admiración a los jugadores”, asegura.
-¿Ricardo Peláez te dijo algo?
“No, es difícil. Son situaciones que se tienen que tomar. Nos agradeció el esfuerzo y profesionalismo, pero nos pidió que entendiéramos que la situación no estaba nada bien, y a Ricardo me queda agradecerle el apoyo que nos mostró durante la gestión y él como todos tiene que tomar decisiones. Tomó la que normalmente se hace, por el hilo más delgado. Y no tengo duda que este equipo va a entregar buenas cuentas a la directiva y a la afición”, confía optimista.
Además, el trofeo de “Concachampions” se ha logrado en forma invicta. “Sí. Por eso a lo mejor estoy tranquilo, porque no le debo nada a nadie”, se anima Nacho. “A nadie le vine a robar ni a mentir. Vine a trabajar con mucha humildad y hasta el día de hoy lo hice con ese gran compromiso y profesionalismo. Hoy nos juntamos (con su cuerpo técnico) y quedamos de irnos con la cabeza arriba, nada de agacharnos. En el futbol entendemos que es así. Entiendo que cuando el señor (Fabio) Capello fue campeón del Real Madrid y ya no siguió. Salió. Me acuerdo mucho de esa imagen, porque vivía en España. Si este señor que ha ganado todo, después de un campeonato queda fuera, todos los demás quedaremos”, ejemplifica. “No me sorprendió ni me espantó, pero entiendo que el futbol, hoy en la actualidad, va cambiando mucho, es muy exigente y más en un club como América”. (Rafael Huesca/ Foto: Jorge Barrera)
“Y después en esto del futbol nunca te puedes cerrar las puertas. No sé qué pueda surgir el día de mañana, pero me quiero dedicar a la familia, estar cerca de los seres queridos y de alguna u otra forma es simplemente respirar otra vez para recobrar fuerzas y tener otra oportunidad”, añade en entrevista con el Diario de los Deportistas.
“En esto del futbol todos los días tienes que seguir aprendiendo. Hay grandes entrenadores que siempre me ayudaron a crecer. Aquí hay una carrera de Johan Cruyff, me gustaría hacerla, seguir aprendiendo”, informa. “Mientras más me pueda enriquecer de futbol, que esté mejor preparado y consciente de que pueden venir mejores cosas”, resalta.
Amable, como siempre, agradece a ESTO la entrevista, pero sobre todo a la directiva azulcrema, por la oportunidad de dirigir a las Águilas. “A Pepe Romano, Mauricio Culebro, a Ricardo (Peláez) también, y a los jugadores. Y más aún al americanismo”, redondea.