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18, agosto 2016 - 22:20

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Tamara-y-Misa

POR EL HERALDO DE CHIHUAHUA

Compartiendo más allá de los colores de su país en Juegos Olímpicos, la pentatleta Tamara Vega y el boxeador Misael Rodríguez llevan una relación donde la disciplina y respeto por su deporte son pilares que los han llevado a tener muchas cosas en común.

Tamara presenció el triunfo del “Chino”, con el cual aseguró la primera medalla para México en estos Juegos Olímpicos, y rompió en llanto al ver que su pareja sentimental alcanzó su meta: lograr un triunfo para su país, tras su esfuerzo por llegar a Río de Janeiro.

La chihuahuense que representará a México por segunda ocasión en unos Juegos Olímpicos, entrará en acción este jueves en la etapa preliminar de pentatlón moderno.

Con objetivos claros

Tamara radicada en Ciudad Juárez, como hija de madre soltera encontró el punto determinante de su vida a los 14 años, cuando ya sabía nadar y había practicado judo y taekwondo; la manera de encausar su vida por medio del deporte.

“En una competencia vi un volante del Centro Nacional de Alto Rendimiento (CNAR) y me puse a investigar en internet. Le conté a mi mamá que me gustaría vivir en un internado para puros deportistas… después de mucho pensarlo accedió y me acompañó a hacer las pruebas en el CNAR”.

Era 2007. Tamara no recuerda las palabras exactas que intercambió con su madre el día de su partida, pero aún después de nueve años y más de tres mil horas invertidas en los entrenamientos, “siempre nos despedimos con cierta tristeza”.

Aquella despedida fue sólo el saludo de los éxitos. A los 18 años de edad se volvió campeona mundial juvenil individual en Estambul y en el 2011 se colgó el metal de bronce en los Panamericanos de Guadalajara 2011.

“Mi mamá fue a verme junto con mi hermana. Ambas estaban gritando todo el tiempo. Cuando supe que califiqué para los Juegos de Londres 2012 fui a abrazarlas… mi mamá estaba llore y llore, me dijo que nunca pensó que esto nos iba a pasar, que era una bendición y así”. En los Olímpicos cayó del caballo, pero el sueño se mantuvo intacto.

Había más: en marzo de 2015 se coronó, junto a Ismael Hernández, como campeona en un relevo mixto de la Copa Mundial de Pentatlón.

Determinación, pasión y talento

Por su parte, “El Chino” comenzó su camino por el deporte de los guantes a los 15 años; él perdió a su padre a los seis años de edad en una accidente automovilístico, lo que convirtió a su madre en la cómplice ideal y apoyo incondicional en todas sus decisiones. Así él se inició con el entrenador Rubén Castrejón, pasando por los cuadriláteros de Arnulfo “Chico” Castillo, Rodolfo “Picos” Montes, Gustavo Torres, por mencionar algunos. “Aunque de niño me gustaba el fútbol, en el boxeo descubrí mi pasión, es un gran compromiso”, mencionó el peleador.

Con tan sólo 17 años cruzó la frontera para seguir adquiriendo destreza en los puños y a los 19 años llegó al Comité Olímpico Mexicano, donde se volvió pupilo de Francisco Bonilla, actual entrenador y con quién logró su carta para Río 2016.

El “Chino” Rodríguez fue considerado uno de los mejores exponentes de México en la Serie Mundial de la especialidad, consiguió participar en el Campeonato Mundial en Qatar a principios de este año, para luego conseguir la hazaña en el preolímpico de Argentina en días pasados, donde se colgó la medalla de plata.

En su palmarés destaca el primer lugar nacional de Campeonato de Primera Fuerza en 2013, medalla de oro en la Olimpiada Nacional de Puebla 2014, plata en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en el mismo año y bronce en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015.

Tras haber asegurado su boleto a Río, el oriundo de Parral se ha mostrado contento: “Estoy muy satisfecho por el trabajo que hemos conseguido, trabajamos muy duro y se ve reflejado. Este logro se lo dedico a mi madre, a mi familia y a todo México”.

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