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PARÍS 2024

10, junio 2014 - 8:39

┃ Itzel Ubiarco

LA plaga de lesiones pre Copa del Mundo estuvo a punto de atacar al jugador cuya ausencia habría sido la más lamentada de Brasil 2014. De pronto, a mitad de la práctica verdeamarelha en Teresópolis, Neymar Junior perdió el control sobre su tobillo derecho y éste pareció quedarse en posición imposible.

Instantes de silencio, apenas interrumpido por la metralleta de flashazos, hasta que logró constatarse que no existía gravedad, que el hijo prodigio del país anfitrión, sobre cuyas piernas se sostienen buena parte de las aspiraciones de hexacampeonato, estaba sano y salvo.

Entonces Luiz Felipe Scolari gritó “¡Cuidado con las lesiones! ¡Por el amor de Dios!”, y es que sabe perfectamente que para algunos de sus titulares no tiene reemplazo, pero mucho menos para el joven barcelonista.

¿Qué sería del actual scratch du oro sin él? No demasiado: menos llegada, menos desequilibrio, menos pegada, menos creación. Los otros dos delanteros, Fred y Hulk, difícilmente habrían arañado minutos (o convocatoria) en otra época, cuando los ofensivos brasileños abundaban, cuando de esta tierra brotaba a borbotones talento y gol.

La realidad es que no hay plan ‘B’ en relación con Neymar. Incluso lesionándose alguno de los dos espléndidos centrales, Thiago Silva o David Luiz, está el segurísimo Dante en la recámara. Mas sin Neymar, ni pensarlo.

Es el momento más tenso de la espera, cuando ya no hay partidos amistosos y se pasa a fase táctica en los entrenamientos, a charlas respecto a las debilidades y fortalezas del rival. Es cuando crecen más los miedos, multiplicados por la conciencia de cuántos de sus colegas se han ido lesionando y causando baja de diversas selecciones.

No obstante, Brasil puede dormir tranquilo: su niño mimado, con condiciones o no para cargar con tamaña exigencia de título mundial, se levantó y pudo concluir la sesión.

Debate diferente ya es lo que Neymar Junior podrá derrochar en la cancha. Croacia lo espera en un par de días.

Twitter/albertolati