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6, abril 2016 - 22:36

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POR A. G. GONZÁLEZ

FOTOS ÉRIK ESTRELLA/ @erikesto73 Y ÓSCAR RAMÍREZ/ @oscar82RM

RENACIÓ el necaxismo. Los Rayos se han clasificado a la final de la Copa MX gracias a la personalidad con la que llegaron al estadio Azul para vencer a un Cruz Azul que sigue sin saber ganar. Lo que es un desastre para la Máquina es alegría total para los de Aguascalientes, quienes festejaron en patio ajeno y ahora tendrán que ir a Veracruz para pelear por el título.

Ha quedado claro, de nueva cuenta, que los cruzazulinos desaparece en los momentos decisivos y que a Tomas Boy le cuesta mucho ganar estos partidos. El técnico cementero no encontró solución a las ausencias en su plantel y se le fue el juego. El futbol del Necaxa fue tan parejo que evidenció rápido a su rival.

Cuando más se esperaba de este equipo cementero, cuando había vuelto a levantar las expectativas de su gente volvió a fallar. Claro que hay que darle mérito al equipo de Alfonso Sosa, que mostró gran personalidad y orden táctico para llevar el partido hacia dónde mejor le convenía.

Y sin que fuera algo espectacular, los Rayos abrieron el marcador con gran cabezazo de Rodrigo Prieto pasados los 10 minutos iniciales. Era el cuarto tiro de esquina para los visitantes que siempre buscaron hacer partido. Molidos por la sorpresa, los celestes comenzaron a frustrarse con todo y la reacción que vendría después.

Joffre Guerrón, tan criticado por la afición cementera y quien en los primeros minutos se había peleado hasta con su sombra, pondría en el tanto del empate con un cabezazo al aprovechar uno de los pocos errores que cometió la zaga visitante.

Pero como el Cruz Azul se ha convertido en experto en echar a perder este tipo de momentos, antes del descanso, un error en la salida de Francisco Rodríguez abrió el camino para el nuevo héroe necaxista. Jesus Isijara, sí, el mismo que igualó los cuartos de final en el último minuto ante Tijuana, marcaba de tres cuartos de cancha al clarear a José de Jesús Corona.

Un mazazo para los celestes que así, con la cara al césped se fueron al vestuario en donde los esperaba un furtivo Tomas Boy. Afuera, en las tribunas, el necaxismo se regocijaba con la ventaja parcial en una eliminatoria por la que volvieron a manifestarse en la Ciudad de México con la camiseta bien puesta.

La polémica tampoco falla en estos duelos. Más si las emociones están tan a flor de piel. El árbitro Eduardo Galván Basulto señaló mano de Erick Vera en una jugada para dudar. Guerrón empató de penalti a los 58 minutos y la calma regresaba un poco al estadio, en donde los necaxistas se hicieron sentir como hacía mucho no lo hacían. En verdad todavía hay necaxistas en la Ciudad de México y ayer se manifestaron.

Sobre todo cuando Kevin Chaurand puso el 3-2 definitivo. Fue un cabezazo de esos que noquean. Fue un gol de final, de remembranzas para un equipo que ya se clasificó a la liguilla del Ascenso MX y que ahora también jugará la final de la Copa MX luego de vencer a la Máquina en su propia casa. El equipo cementero volvió a fallar en el momento bueno y lleno a sus aficionados de la frustración azul.

 

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