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31, marzo 2016 - 15:51

┃ ESTO

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EN la frialdad de los números, esas que ni técnicos ni jugadores gustan pero que muchas veces los saca del apuro, el inicio de Juan Carlos Osorio en la tercera ronda eliminatoria de la Concacaf es prácticamente igual que la que tuvo  José Manuel de la Torre hace un par de años, con la diferencia de que al equipo del Chepo le anotaron dos goles en sus primeros cuatro partidos.

De ahí en más, lo mismo: Doce puntos de doce disputados, el boleto al hexagonal final en la bolsa. El partido de México ante Canadá en el estadio Azteca no fue el mejor de este equipo en mucho tiempo y la afición lo reprochó. Autocrítico y consciente de ello, el técnico colombiano tardó casi una hora en salir a la conferencia posterior al partido. Entre reflexiones y entrevistas a televisoras dueñas de los derechos, se tomó su tiempo para explicar parte de lo sucedido.

Pero el público y quienes le escucharon son duros críticos, difíciles de convencer con todo y la perfección que por ahora tiene después de que en cinco partidos, cuatro de eliminatoria y uno amistoso, ha marcado 12 goles y no ha recibido.

El estratega nacional ha intentado darle rotación a la baraja de opciones y en los partidos de este año, al menos, ha definido su esquema de juego a un 4-3-3 para aprovechar la fuerza que puede tener en el mediocampo con Andrés Guardado y Héctor Herrera, además de la profundidad que puedan generar por fuera los extremos.

Positivo, también, el descaro de Hirving Lozano y lo que puede generar Jesús Corona, aunque todavía les falta mucho y se tiene que llevarlos con pinzas para no perderlos en el camino. El mismo Osorio ha reconocido que continuará con esta forma de hacer sus alineaciones.

Criticado, pero con los resultados en la mano, el colombiano habló del pragmatismo que sólo las victorias pueden soportar, pero con la necesidad de mejorar ciertos aspectos de la cancha para  no padecer noches como la del último partido ante los canadienses, en el que a pesar del triunfo fue cuestionado.

Ahora, vendrá la Copa América Centenario, una prueba en la que se enfrentará a equipos más hechos y con figuras de las ligas más importantes del Mundo. Esa será una buena prueba para el método de Osorio, a quien le han acomodado, ahora, el discurso de que no ha jugado contra equipos fuertes.

Pero ha jugado contra los que le ha puesto la zona, la Concacaf. Ni él los eligió y ya otros estrategas los enfrentaron con resultados similares en esta etapa del clasificatorio. Lo del hexagonal es diferente, ahí se han complicado las cosas, pero ese será tema de fin de año.

En la Copa América, al menos en la fase de grupos, el primer gran examen se llama Uruguay y todo lo que este equipo, sus jugadores y el entorno generan. Ese partido, incluso, definirá buena parte del torneo para la escuadra mexicana  y su entrenador. Luego vendrán Jamaica y Venezuela.

Para entonces se espera que no haya tantos cambios en las alineaciones del colombiano y que vaya con un once tipo base. Igual esto no asegura triunfos, pero da mayor cuerpo a un equipo que en la teoría tiene el material humano para no complicarse en los torneos en los que participa, mucho menos en el clasificatorio.

Después vendrán los últimos partidos del cuadrangular ante Honduras y en El Salvador. Ya clasificado, esa sí sería una buena ventana para otros jugadores que puedan ocupar una segunda línea en el esquema del colombiano, quien incluso ya ha dejado en el camino a algunos con los que inició.

En el Grupo de México, el A, los hondureños y canadiense se disputarán el otro boleto al Hexagonal y su partido en San Pedro Sula del próximo 2 de septiembre será clave. El equipo que logra la victoria avanzaría hasta en un 80 por ciento a la siguiente fase.

En el sector B, Costa Rica y Panamá podrían llegar clasificados al último partido de esta ronda –que será entre ellos en San José-, luego de que se trata del primero y segundo lugar respectivamente, con 10 y 7 puntos. Con Haití fuera de competencia, solamente una derrota de los panameños ante Jamaica, los pondría en riesgo de quedar fuera.

Lo mismo ocurre con los Estados Unidos en el Grupo C, el equipo de Jürgen Klinsmann, a quien han puesto en el alambre por sus últimos resultados, tiene que vencer a San Vicente para llegar al duelo frente a Trinidad y Tobago con buena parte de la clasificación en la mano, siempre y cuando los trinitenses venzan a Guatemala.

Una victoria de los chapines en suelo trinitense los podría con nueve unidades y apretaría las cosas en este sector hacia la última jornada si se toma en cuenta que los guatemaltecos cierran con el equipo más débil, San Vicente.

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