REDACCIÓN Deportes.- Carlos Sainz se despidió a lo grande en la temporada de su debut en Fórmula Uno y fue el gran protagonista de la carrera junto a la remontada de Sebastian Vettel, principalmente por la excepcional salida que protagonizó, la mejor de la temporada.

“El equipo me ha pedido que arriesgara en los primeros metros para ganar posiciones, y lo he hecho”, reconoció el de Toro Rosso, que se tomó a pecho la petición de sus jefes. Partía décimo tras la excelente calificación del sábado, pero en la salida se desató.

En las primeras curvas fue un vendaval, especialmente con la doble maniobra por fuera en la que terminó con los dos Williams, de Felipe Massa y Valtteri Bottas. La maniobra la culminó con un duelo cara a cara con su viejo amigo Kvyat. En cuatro curvas había superado a tres coches mejores que el suyo.

La realización televisiva no tuvo más remedio que seguir al astro español en las primeras vueltas, ya que llegó a ser quinto clasificado, aunque la estrategia y el Toro Rosso, que fue perdiendo fuelle respecto a los Williams, Red Bull y Lotus, le condenaron al final.

“Más no se podía hacer”.

Eso sí, como siempre, unos cuantos segundos se los dejó en el enésimo ‘pit stop’ pifiado por el equipo en la primera parada. “Qué puedo decir a esto”, se mordía la lengua el madrileño.

“Nos ha pasado mucho este año lo de los pit stops, esperemos que el año que viene estemos luchando por estar más arriba y me dejen de pasar estas cosas, me han hecho perder unos segundos importantes”, dijo Carlos, que fue adelantado por Grosjean a falta de dos vueltas para el final, con las gomas muy castigadas y perdió un punto para acabar undécimo la carrera, en la que volvió a dejar destellos de gran figura.

“Estoy contento, no había más que eso, me gusta dar todo lo que lleva el coche siempre, pero toda la carrera fuimos arrastrándonos y era lo máximo que se podía hacer. Hemos acabado a un segundo de Red Bull, que son más rápidos en este circuito, con lo que estoy contentísimo”.