LA trayectoria futbolística de Oribe Peralta está enriquecida de aspectos interesantes, desde aquella fractura de tibia y peroné que sufrió, y de la cual se recuperó para ingresar al equipo Alacranes de Durango, de donde dio el salto para proseguir su paso ascendente por el Morelia, León, Monterrey, Santos, Jaguares, Santos y América, su actual club, dejando gratos recuerdos también como integrante en cada una de las selecciones, cumpliendo el proceso, hasta llegar a la Mayor.

Hombre exitoso.
Delantero explosivo.

El presente de Peralta es el América, con el que quiere ser campeón.
Está feliz de haber llegado al Nido.

“Me siento feliz -dice-, siempre con la idea de dar mi máximo esfuerzo para tratar de ganar y hacer que este América sea más grande. He llegado a un equipo donde los compañeros me ha recibido muy bien. A muchos los conozco porque los he enfrentado en el torneo mexicano, y otros, estando en la Selección, así es que nada me es desconocido, porque además, como seres humanos son extraordinarios, y todo eso se plasmará en la cancha”.

Pero aclara.
“Poco a poco nos estamos conociendo, adaptándonos a nuestro nuevo equipo, que será grande, más grande de lo que ya es”.

En Santos, Oribe despertaba expectación. Aquí, en el América es más mediático.
“Con todo respeto, el América tiene mucha gente, quiere saludar, que se le regale el autógrafo, la foto, bueno, este América es muy grande en muchos aspectos, pero puede ser mejor”.

Oribe Peralta reconoce que estando en Santos “me estaba echando a la hamaca, pero créeme que venir al América es un reto, y que los cambios benefician en muchos aspectos”.

Tiene bien trazados sus objetivos.
Calificar y buscar el campeonato.

“Sueño y me veo campeón. En cualquier competencia que participo quiero ganar, no soy conformista, soy ambicioso. Siempre quiero ser el primero, y en este caso con el América quiero ser campeón”.

SELECCIÓN

Peralta dice que su crecimiento futbolístico surgió bajo las órdenes de Luis Fernando Tena, en Jaguares, de donde dio el salto para involucrarse nuevamente con Santos, donde en esta segunda etapa le fue muy bien, dejando atrás, ese adagio de que segundas partes no son buenas, en el caso de Peralta fue todo lo contrario.

Un ejemplo muy claro del crecimiento del delantero fue con la Selección Olímpica, con el “Flaco” Tena, al obtener medalla de oro en los Juegos de Londres 2012, donde consolidó aspectos importantes como futbolista.