EL portero de las Águilas, Moisés Muñoz, registrará este sábado ante Rayados su partido 500 como profesional. “Ojalá lo pueda cumplir con un triunfo y sobre todo que signifique tres puntos para nosotros y la cereza en el pastel de cumplir esos 500 partidos, y ojalá que esta cifra se vea superada después con un seis y si se puede con siete, y los que se puedan”, dijo el también seleccionado mexicano, en entrevista con Univisión.

Una incansable labor que inició el domingo 19 de septiembre de 1999, cuando su entonces equipo, Monarcas Morelia, cayó 4-2 con Tuzos en el estadio Hidalgo. Ese día salió de la banca para jugar muy pocos minutos, 10 para ser exactos, siendo su técnico Tomas Boy. “Fue medio amargo, porque no era la manera que quería debutar. Uno no escoge el momento para hacerlo, porque íbamos perdiendo. Era un momento muy difícil, pero significó mucho en mi carrera, porque es de donde inicia. Si uno se imagina un debut perfecto, el mío fue todo lo contrario. Toque el balón dos veces”.

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Posteriormente vino la transferencia del Atlante al América. “Yo estaba de vacaciones, me hablaron de la directiva del Atlante para decirme que había interés del América, porque Miguel Herrera había sido mi técnico. Obviamente mi respuesta fue definitivamente sí quiero irme al América, no porque no estuviera a gusto en Atlante, sino porque significaba llegar al equipo que he amado desde pequeño. Defender esta camiseta para mí era lo más grande, era el objetivo mayor”.

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De ese tiempo a la fecha han pasado muchas cosas, pero la final que disputó contra Cruz Azul en el Clausura 2013 difícilmente quedará borrada de su mente. “En un partido muy emotivo yo creo que como esa final no se repetirá alguna, no me imagino otra final igual”.

Su peor momento, el accidente automovilístico que sufrió en junio de 2012 con su familia en la carretera, que lo dejó fuera 12 partidos en la Liga debido a un fuerte golpe en la cabeza y fractura en una mano . (Adolfo Peñaloza / Foto: Óscar Ramírez)